Creado en 1997, el Parque conserva las ruinas del antiguo burgo destruido en el terremoto de 1693 que afectó a toda Sicilia oriental.
Los ciudadanos supervivientes fueron trasladados por Don Carlo Carafa, señor de aquellas tierras, a su feudo de “Gran Michele”, creando así el nuevo pueblo, que dista unos 2 km del asentamiento original.
La zona abarca unas 130 hectáreas, con una estratificación arqueológica que data de la Prehistoria hasta 1693.
La zona ha devuelto hallazgos valiosos que atestiguan las distintas poblaciones que se han sucedido a lo largo de los siglos, desde ajuares funerarios de las necrópolis, estatuillas votivas de los santuarios, hasta las estructuras habitadas que se remontan al siglo V a.C. de la presunta ciudad de “Eketla”, destruida por los romanos, y a los sugerentes restos del asentamiento de Occhiolà.
El Parque Arqueológico está estructurado en rutas de visita diferenciadas (accesibles también a personas con discapacidad) que integran todos los bienes arqueológicos, históricos, medioambientales y paisajísticos.
