El sitio rupestre se utilizó como necrópolis en la Antigüedad tardía, con tumbas colocadas tanto dentro como fuera de las cavidades.
En el siglo VI d.C., el yacimiento se convirtió en un oratorio rupestre utilizado para el culto y fue abandonado a mediados del siglo XV, como demuestra una firma de 1445.
De las diversas cuevas, algunas se fueron utilizadas como catacumbas, con tumbas de fosa y de arcosolio, pero las losas de piedra que debían cubrir estas últimas ya no están presentes.
En su lugar, aún son visibles los nichos para guardar las lámparas de aceite.
La cueva más interesante es la que se utilizó como iglesia, en la que aún se aprecian claramente los frescos.
En particular, la escena que representa la Crucifixión data de los siglos XI y XII y muestra al Cristo crucificado central con la Virgen y San Juan con la cabeza inclinada a su lado.
En la parte inferior aparece la figura de Longinos traspasando a Jesús.
Junto al complejo rupestre hay también otras cuevas, antaño utilizadas como viviendas, conocidas como “dieri dei Donari”.
