En el corazón del territorio de los antiguos sículos, la zona era famosa desde la antigüedad porque allí se levantaba el santuario de los hermanos Palici, hijos de Zeus y de la ninfa Talea, un culto entre los más venerados por las poblaciones locales.
La ciudad de Paliké se fundó en la cima de la colina basáltica de Rocchicella, que domina la llanura donde se alzaba el antiguo santuario. Varias campañas de excavación de la Superintendencia del Patrimonio Cultural y Medioambiental de Catania han permitido encontrar, en la zona situada frente a la cueva, al pie de la colina, artefactos que datan desde el Mesolítico hasta la época sueva.
Del periodo Arcaico datan las estructuras atribuidas al santuario de los Palici, reconstruido en el siglo V a.C. en forma monumental, con pórticos y una sala de banquetes. La zona arqueológica cuenta con un Antiquarium en el que se exponen algunos de los hallazgos.