De época angevina, la iglesia tenía, según las memorias del padre Bernardino Oddo: “un hermoso y alto campanario construido en forma de cuadrado, con un interior en forma de caracol, todo tallado y que fue obra de la mano maestra de los franceses en tiempos de Carlos de Anjou antes de las Vísperas Sicilianas”.
Tras el terremoto de 1693, fue reconstruida y unida a la cercana iglesia de San Pietro, que había corrido la misma suerte.
Con tres naves y un ábside cuadrado, el interior conserva el antiguo altar mayor de madera con una pintura del Martirio de Santa Ágata de Bonino Pingebat del siglo XVII, la capilla del Santísimo Sacramento con un altar barroco tallado y dorado, el coro y un órgano de tubos del siglo XVIII.
La fachada de piedra tallada está flanqueada por dos campanarios erigidos en el siglo XVIII.